Cuando los árboles ya no le dejan ver el bosque a uno, o se hace la vista gorda o se pide ayuda. Loes y Kim optaron por lo segundo. Las interioristas Ozanne y Guillemine vinieron al rescate con recursos como un pozo de conversación.
Tras años y años dedicados a una reforma, tras haber ajustado personalmente cada piedra y haber sostenido en las manos cada teja, se puede llegar a un punto en el que dan ganas de tirar la toalla. Por suerte, Loes y Kim no tuvieron que enfrentarse a esta sensación demasiadas veces. Al comienzo de su proyecto de renovación a gran escala, se mudaron a un alojamiento temporal en el jardín, para poder estar lo más cerca posible de las obras. Esto respondía a una causa muy sencilla: fue la propia pareja la que se encargó de los trabajos. Una vez que Loes y Kim vieron que el grueso de la obra estaba completado, decidieron pedir ayuda externa. Después de todo, ya estaban puestos los cimientos y ahora era el turno de los detalles, pero no hay que subestimar la importancia de estos. Por tanto, era hora de consultar a profesionales con experiencia en quienes se pudiese confiar tanto como para darles carta blanca. Un trabajo perfecto para las interioristas Ozanne y Guillemine.
El resto de esta vivienda de una sola planta presenta un austero piso de hormigón, pero en el pozo de conversación el suelo Impulse V4 Charme Black atrae todas las miradas. Este laminado oscuro con aspecto de madera acentúa el carácter confortable del pozo y, así, se presenta con toda una declaración: aquí de lo que se trata es de la calidez. Y es precisamente este contraste de materiales (hormigón frente a madera) lo que hace esta parte de la casa tan interesante. El uso de tonos tierra por todo el pozo y la abundancia de suaves y mullidos cojines y mantas terminan de completar el efecto. De esta manera, Ozanne y Guillemine liberaron el pozo de conversación de su imagen anticuada. Conclusión: un interior robusto y crudo no está completo sin un rincón acogedor y cálido, que puede crearse fácilmente con un suelo BerryAlloc.
'Een frisse start met vtwonen' - Jonah Samyn photography